La Asamblea General de las Naciones Unidas ha designado 2025 como el Año Internacional de la Conservación de los Glaciares, reconociendo la importancia crítica de estos ecosistemas en la regulación del clima global y el suministro de agua dulce. Esta iniciativa busca aumentar la conciencia global sobre el papel fundamental de los glaciares, la nieve y el hielo en el sistema climático, así como sobre los impactos económicos, sociales y ambientales de los cambios inminentes en la criósfera terrestre.
La UNESCO y la Organización Meteorológica Mundial (OMM), en estrecha colaboración con numerosos socios, co-coordinarán la implementación de este año internacional, con el objetivo de involucrar a responsables políticos, científicos, sociedad civil y al público en general en una campaña de un año de duración para destacar la necesidad urgente de preservar los glaciares.
Además, se ha proclamado el 21 de marzo de cada año como el Día Mundial de los Glaciares, a partir de 2025, para reforzar la sensibilización y promover acciones concretas en favor de la conservación de estos vitales recursos naturales.
Esta declaración subraya la urgencia de adoptar medidas efectivas para proteger los glaciares, que están retrocediendo a un ritmo sin precedentes debido al cambio climático, amenazando ecosistemas, comunidades y economías en todo el mundo.
Los glaciares, grandes masas de hielo que cubren aproximadamente el 10% de la superficie terrestre, desempeñan un papel crucial en la salud de los mares y océanos. Aunque parecen elementos aislados en las montañas o en las regiones polares, su influencia se extiende mucho más allá, afectando el nivel del mar, las corrientes oceánicas y la biodiversidad marina.
Los glaciares actúan como reservorios de agua dulce. Cuando el clima se calienta, estos gigantes helados se derriten, liberando grandes cantidades de agua al océano. Este proceso contribuye al aumento del nivel del mar, que amenaza a comunidades costeras, ecosistemas marinos y regiones bajas en todo el mundo. Según el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), el deshielo de glaciares y casquetes polares es responsable de aproximadamente un tercio del aumento del nivel del mar observado en las últimas décadas.
La protección de los glaciares es esencial para garantizar el equilibrio de los mares y océanos. Frenar el cambio climático mediante la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, promover energías renovables y adoptar prácticas sostenibles son pasos cruciales para preservar estas masas de hielo y, con ellas, el futuro de nuestros océanos y del planeta.
Los glaciares no son solo monumentos de hielo; son piezas clave en el delicado engranaje que mantiene la vida en la Tierra. Su conservación es una tarea urgente que nos concierne a todos.
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INTERNATIONAL YEAR OF GLACIER CONSERVATION
The United Nations General Assembly has designated 2025 as the International Year of Glacier Conservation, recognizing the critical importance of these ecosystems in regulating global climate and freshwater supply. This initiative seeks to increase global awareness of the fundamental role of glaciers, snow and ice in the climate system, as well as the economic, social and environmental impacts of impending changes in the Earth’s cryosphere.
UNESCO and the World Meteorological Organization (WMO), in close collaboration with numerous partners, will co-coordinate the implementation of this international year, with the aim of engaging policy-makers, scientists, civil society and the general public in a year-long campaign to highlight the urgent need to preserve glaciers.
In addition, March 21 of each year has been proclaimed as World Glacier Day, starting in 2025, to reinforce awareness and promote concrete actions in favor of the conservation of these vital natural resources.
This statement underscores the urgency of taking effective action to protect glaciers, which are retreating at an unprecedented rate due to climate change, threatening ecosystems, communities and economies around the world.
Glaciers, large masses of ice that cover approximately 10% of the Earth’s surface, play a crucial role in the health of the seas and oceans. Although they appear to be isolated elements in mountains or polar regions, their influence extends far beyond, affecting sea levels, ocean currents and marine biodiversity.
Glaciers act as reservoirs of fresh water. When the climate warms, these icy giants melt, releasing large quantities of water into the ocean. This process contributes to sea level rise, which threatens coastal communities, marine ecosystems and low-lying regions around the world. According to the Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC), melting glaciers and ice caps are responsible for approximately one-third of the sea level rise observed in recent decades.
The protection of glaciers is essential to ensure the balance of the seas and oceans. Slowing climate change by reducing greenhouse gas emissions, promoting renewable energies and adopting sustainable practices are crucial steps to preserve these ice masses and, with them, the future of our oceans and the planet.
Glaciers are not just monuments of ice; they are key pieces in the delicate gear that maintains life on Earth. Their conservation is an urgent task that concerns us all.