Las personas hemos producido aproximadamente 8.300 millones de toneladas métricas de plástico desde 1950. De estos residuos plásticos generados, sólo se recicla el 9%, el 12% se incinera y la mayoría acaban en vertederos y en el medio ambiente, donde se disgregan en micropartículas, contaminando así, el aire y el agua y, como consecuencia, dañando la fauna marina.
Según los estudios de la Universidad de California en Santa Bárbara, la Universidad de Georgia y la Sea Eduation Association, el peso de plástico generado equivale al de 80 millones de ballenas azules o 1000 millones de elefantes.
Los microplásticos son pequeñas piezas de plástico clasificados en un parámetro de tamaño inferior a 5mm. Estas partículas provienen de los cosméticos, la ropa, artículos de pesca, desechos plásticos de uso cotidiano y procesos industriales. Existen, por otro lado, los microplásticos primarios -fabricados específicamente para ser utilizados en productos- y los secundarios -derivan de un proceso de deterioro de desechos plásticos más grandes-. Ambos tipos se encuentran en altas concentraciones en los ecosistemas marinos y terrestres. Debido a su tamaño, estos microplásticos terminan siendo absorbidos o ingeridos por organismos, instalándose en cuerpos, tejidos y provocando problemas de intoxicación, reproducción o incluso, muerte.
No sólo la fauna marina es la principal afectada. Los seres humanos también sufrimos las consecuencias de manera indirecta, ya que, los microplásticos se encuentran en alimentos como el marisco, la sal o el agua del grifo. Los plásticos encontrados con más frecuencia son el polipropileno y el tereftalato de polietileno (PET), que ambos son componentes principales de las botellas de plástico y los envases de leche y zumo. Estas partículas pequeñas representan un riesgo mayor ya que pueden introducirse en el torrente sanguíneo.
Además, el Mediterráneo es una de las áreas de todo el mundo con mayor acumulación de plásticos y presenta niveles de contaminación similares al “gran parche de basura marina” del océano Pacífico.
En la Universitat Politècnica de València son muy conscientes del problema actual y a largo plazo de los microplásticos y se encuentra en marcha una iniciativa de Generación Espontánea, llamada Proluo, formada por jóvenes de distintas disciplinas que intentan dar una solución real y sostenible a este problema que amenaza nuestros mares y océanos.
Visita la página web del proyecto pinchando aquí.
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MICROPLASTICS
People have produced approximately 8.3 billion metric tons of plastic since 1950. Of this plastic waste, only 9% is recycled, 12% is incinerated and most ends up in landfills and in the environment, where it disintegrates into microparticles, polluting the air and water and, as a result, harming marine wildlife.
According to studies by the University of California at Santa Barbara, the University of Georgia and the Sea Eduation Association, the weight of plastic generated is equivalent to that of 80 million blue whales or 1 billion elephants.
Microplastics are small pieces of plastic classified in a size parameter of less than 5mm. These particles come from cosmetics, clothing, fishing tackle, everyday plastic waste and industrial processes. There are, on the other hand, primary microplastics – manufactured specifically for use in products – and secondary microplastics – derived from a deterioration process of larger plastic waste. Both types are found in high concentrations in marine and terrestrial ecosystems. Due to their size, these microplastics end up being absorbed or ingested by organisms, settling in bodies and tissues and causing problems of intoxication, reproduction or even death.
It is not only marine fauna that is mainly affected. Humans also suffer the consequences indirectly, since microplastics are found in foods such as seafood, salt or tap water. The most frequently found plastics are polypropylene and polyethylene terephthalate (PET), which are both major components of plastic bottles and milk and juice containers. These small particles represent a major risk as they can enter the bloodstream.
In addition, the Mediterranean is one of the areas worldwide with the highest accumulation of plastics and has pollution levels similar to the “great marine litter patch” of the Pacific Ocean.
At the Universitat Politècnica de València they are very aware of the current and long-term problem of microplastics and a Spontaneous Generation initiative is underway, called Proluo, formed by young people from different disciplines who are trying to provide a real and sustainable solution to this problem that threatens our seas and oceans.
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