JARRÓN ETRUSCO SOBRE EL MEDITERRÁNEO

El efecto Omega se forma cuando el aire, en contacto con la superficie, muy denso y a la vez más cálido, produce la refracción de la luz, que deforma el sol y crea el efecto espejo. Cuando observamos este fenómeno, parece que la base del sol apoya su “pie” sobre la línea del horizonte que separa el mar del cielo, creando así una ilusión óptica espectacular.

Este fenómeno se repite a menudo en el Mar Mediterráneo y, ocurre también con la Luna.

Esta ilusión óptica fue mencionada por Julio Verne, por primera vez, en su novela Le RAYON Vert, calificando este fenómeno como “jarrón etrusco”:

“Frente a los ojos, cuando estaban velados con los párpados, relucían diamantes rojos, círculos amarillos, que se entrecruzaban como los colores fugaces del caleidoscopio. Leves rayas onduladas se alineaban en esta especie de cola de cometa que la reverberación trazaba en la superficie del agua. Era como un copo de lentejuelas plateadas, cuyo brillo palidecía a medida que se acercaba a la orilla. Nube, niebla, vapor, aunque delgado, no había apariencia en todo el perímetro del horizonte. Nada perturbaba la claridad de esta línea circular, que una brújula no habría trazado con mayor precisión sobre la blancura de la vitela. Todos, inmóviles, más conmovidos de lo que se podría pensar, miraban el globo que, moviéndose oblicuamente en el horizonte, descendía de nuevo y permanecía como suspendido un momento sobre el abismo. Luego, la deformación del disco, modificada por refracción, se fue sintiendo gradualmente; se ensanchaba en detrimento de su diámetro vertical y recordaba la forma de una vasija etrusca, de lados redondeados, cuyo pie se hundía en el agua”.

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ETRUSCAN VASE IN THE MEDITERRANEAN SEA

The Omega effect is formed when the air, in contact with the surface, very dense and at the same time warmer, produces the refraction of light, which deforms the sun and creates the mirror effect. When we observe this phenomenon, it seems that the base of the sun rests its “foot” on the horizon line that separates the sea from the sky, thus creating a spectacular optical illusion.
This phenomenon is often repeated in the Mediterranean Sea and also occurs with the Moon.
This optical illusion was mentioned by Jules Verne, for the first time, in his novel Le RAYON Vert, qualifying this phenomenon as “Etruscan vase”:

“In front of the eyes, when they were veiled with the eyelids, red diamonds glittered, yellow circles, which crisscrossed like the fleeting colors of the kaleidoscope. Faint wavy streaks lined this sort of comet tail that the reverberation traced on the surface of the water. It was like a flake of silvery sequins, whose sheen paled as it approached the shore. Cloud, mist, vapor, though thin, there was no appearance around the perimeter of the horizon. Nothing disturbed the clarity of this circular line, which a compass would not have traced more accurately on the whiteness of the vellum. All, motionless, more moved than one might think, looked at the globe which, moving obliquely on the horizon, descended again and remained as if suspended for a moment over the abyss. Then, the deformation of the disk, modified by refraction, was gradually felt; it widened to the detriment of its vertical diameter and recalled the shape of an Etruscan vessel, with rounded sides, whose foot sank into the water”.

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