La pesca ha sido una actividad crucial para la humanidad como fuente de alimento y comercio. A nivel económico, genera riqueza y una gran cantidad de empleos y beneficios a quienes se dedican a esta actividad. En un principio, el ser humano pensó que los recursos marinos eran ilimitados; sin embargo, la evolución de las pesquerías y el desarrollo de los conocimientos ha hecho caer este mito desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Todo ello, hizo evidente la necesidad de un orden en cuanto a jerarquía, estrategias y sistemas para convertir la pesca en una actividad responsable y sostenible. A mediados de los años 70, surgió el concepto de las Zonas Económicas Exclusivas (ZEE), así como la adopción de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar en 1982. Estos convenios y regímenes jurídicos permiten una mejor ordenación de los recursos marinos.
En los últimos años, las pesquerías mundiales se han transformad en un sector de la industria alimentaria dependiente del mercado. Esta situación ha conducido a la necesidad de regular las pesquerías de alta mar, que a veces afectaba a ciertas especies que se hallaban dentro y fuera de las ZEE.
De esta manera, el Comité de Pesca (COLFI), en su 19º período de sesiones que se celebró en marco de 1991 pidió que se crearan nuevos criterios para lograr un a pesca responsable y sostenible. Más tarde, en la Conferencia Internacional sobre la Pesca Responsable celebrada en México (1992), se pidió a la FAO que se preparara un Código de Conducta para hacer frente a esos problemas a través de buenas prácticas. Este fenómeno, sumado a posteriores códigos, convenciones y declaraciones hizo posible que, el 31 de octubre de 1995 se adoptara el Código de Conducta para la Pesca Responsable en la Conferencia de la FAO, creando así, un marco necesario con múltiples iniciativas nacionales e internacionales que aseguren una explotación sostenible de los recursos acuáticos vivos, en consonancia con la protección del medio ambiente.
El Código toma en cuenta tanto las características biológicas de los recursos y su medio ambiente, como los intereses de los consumidores y usuarios, en consonancia total con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, protagonistas de las Agenda 2030.
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CODE OF CONDUCT FOR RESPONSIBLE FISHERIES
Fishing has been a crucial activity for mankind as a source of food and trade. At the economic level, it generates wealth and a large number of jobs and benefits for those who engage in this activity. At the beginning, human beings thought that marine resources were unlimited; however, the evolution of fisheries and the development of knowledge have brought down this myth since the end of World War II.
All this made evident the need for an order in terms of hierarchy, strategies and systems to turn fishing into a responsible and sustainable activity. In the mid-1970s, the concept of Exclusive Economic Zones (EEZs) emerged, as did the adoption of the United Nations Convention on the Law of the Sea in 1982. These conventions and legal regimes allow for better management of marine resources.
In recent years, world fisheries have been transformed into a market-dependent sector of the food industry. This situation has led to the need to regulate high seas fisheries, which sometimes affected certain species inside and outside EEZs.
Thus, the Committee on Fisheries (COLFI), at its 19th session held in 1991, called for the creation of new criteria for responsible and sustainable fisheries. Later, at the International Conference on Responsible Fisheries held in Mexico (1992), FAO was asked to prepare a Code of Conduct to address these problems through good practices. This phenomenon, together with subsequent codes, conventions and declarations, led to the adoption of the Code of Conduct for Responsible Fisheries at the FAO Conference on October 31, 1995, thus creating a necessary framework with multiple national and international initiatives to ensure sustainable exploitation of living aquatic resources, consistent with environmental protection.
The Code takes into account both the biological characteristics of the resources and their environment, as well as the interests of consumers and users, fully in line with the Sustainable Development Goals, protagonists of the 2030 Agenda.
Download the complete Code by clicking here.
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